No amo mi patria. Su fulgor abstracto es inasible. Pero (aunque suene mal) daría la vida por diez lugares suyos, cierta gente, puertos, bosques de pinos, fortalezas, una ciudad deshecha, gris, monstruosa, varias figuras de su historia, montañas -y tres o cuatro ríos. Alta traición, José Emilio Pacheco Hoy, ante la suave luz de una mañana nublada, entendí porqué le llaman zorro azul. Su esponjosa cola de algodón de azúcar pasó como un rayo en la carretera y se perdió de nuevo en el océano verde a los lados. Fue un pequeño relámpago inesperado, iluminó el paisaje un instante, y, aunque desapareció, me dejó con el recuerdo de su imagen deslumbrando mi pupila, imprimendo el recuerdo de nuevos detalles de ese lugar. El clima y la vegetación no me es familiar, aquí todo parece más agreste, las cosas más grandes, el mundo más salvaje. Pero recuerdo que aún así hay viejos familiares. Lagartijas espinosas no muy distintas de las