Feliz Navidad, Árbol de Navidad


Para todos mis amigos:Ese es un cuento que leí de Alejandro Rosete Sosa, espero que lo lean y disfruten esta Navidad, recuerden que los tengo en mis pensamientos.

Feliz Navidad, Árbol de Navidad

Vienes de un lugar lejano en los lejanos montes. Desde pequeño has luchado contra el viento y el rayo. Creciste Salvaje, libre, pero ahora estás recluido en este lugar oscuro.Llevas días encerrado, la herida provocada por el hacha ya no punza. De hecho no te dolió mucho el golpe... solo uno bastó para lograr lo que no pudieron el rayo y el viento: derribarte.Aquí hay muchos como tú, algunos provienen de tu mismo monte. Nada de preguntas, para qué, dentro de poco todos se marchitarán. Podrían haber vivido muchos años, ahora sólo serán días... pinos jóvenes condenados a muerte.Las mismas manos que te destrozaron te trasladan a un vehículo. Atado te alejan del vivero. Adiós compañeros de desgracia, dices con palabras mudas.Es de noche cuando te introducen en la casa. Te sitúan dentro de una cubeta y te llevan a la sala. Ahí eres rodeado con cajas de madera, sobre ellas colocan musgo y pascle. A ti te llenan con extraños adornos, luces y pálidas burbujas de cristal. Te coronan con una estrella.Te sientes ofendido con este ultraje. Herido primero, ahora cubierto de oropel. ¿Qué pasará a continuación? La familia termina su trabajo al colocar en tu seno un pequeño pesebre de madera. Sitúan en el una pareja e figuras que representan un hombre barbado y una mujer de rostro sereno. Ahora la más pequeña de las hijas pone entre ambas una figura más. Es un niño.Satisfecha, la familia se despide para dormir. La sala queda a oscuras. Tú meditas.Cobras conciencia de tu destino, eres un mundo en ti mismo: estás rodeado por ríos de papel aluminio y espejo. Por pequeñas cañadas y hermosas casitas, pozos y puentes hechos con yeso. Una inmóvil caravana de pastores y reyes avanza hacia el pesebre. Todos conviviendo en armonía. Si tus antepasados te vieran... ahora eres un gigante, como ellos.En el centro de tu ser, girando como una galaxia en miniatura, la luz que emana el Niño Divino te consuela, te alivia...Y tus ojos de fibra y savia se van cerrando lentamente... la vida se te escapa cual paloma liberada pero desde la orilla del eterno sueño vegetal alcanzas a escuchar la dulce voz del Niño que musita: Feliz Navidad, Árbol de Navidad, y, antes de la negrura, algo parecido a una sonrisa de dibuja en tus ramas.

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