Los hombres que miran

Watchmen. Al principio me molestó la moral capitalista de los héroes, pero después me di cuenta que eso no era importante, al menos no en la trama. El cinismo desenmascarando al "cinismo". Esta novela gráfica llena sus páginas se desilución. Los héroes no son sino humanos, luchando contra su propia naturalez, esclavos de su destino.
Hace mucho leí una frase: Un villano es un héroe enfermo. Pero aquí en el mundo de Alan Moore y Dave Gibbons un héroe es un humano enfermo. No. Mas bien los humanos, la civilización entera está enferma.
Los conflictos éticos de cada personaje se entremezclan tratando de buscar el fin a una conspiración más intuida que descubierta, llevando a los antiguos y desvalorizados "superhéroes" a tomar decisiones sobre el mundo a espaldas de su público.
Porque, ¿de qué está hecha realmente la naturaleza humana? ¿qué permitió a la humanidad ponerse en riesgo a sí misma?
El Comediante, Roscharch, Dr. Manhattan, Ozymandias, El Búho Nocturno y Laurel Juspeczyk, deben tomar una desición apocalíptica en medio de lo más crudo de la guerra fría. Malditos si callan, pero maldita la humanidad si se entera.
Muy al estilo de Un mundo Felíz, esta novela gráfica explota al máximo el concepto de superhéroes en un mundo que no es bueno y malo (como en las tiras de superhéroes) sino que es gris. Siempre gris. En un lugar donde las fronteras con la maldad se han borrado ¿Qué es lo bueno? ¿Lo mejor? ¿Lo correcto? Decida usted,
He leido la novela. Ahora sólo me falta ver la película.
¿Más información?¿Quieres leerlo? Haz click aquí