Rock

Una extraña ave canta

ruge tras el rasgar de una guitarra

y mi propio dolor es vapuleado

con los golpes de las baquetas

Un oscuro clamor de bajo

consuela mis solitarios penares

Y una voz ronca,

casi ininteligible

grita a mi oído

sin preocupación alguna

la infranqueable verdad

y me voy dando cuenta

que no era para tanto.

Tras esas notas

de un lenguaje escrito

sólo para quien quiera entender

escucho los deseos de generaciones

por cambiar y trascender

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