Derecho a la comunicación


Es simple. Uno ejerce el soberano derecho a pensar gracias a la simple pero reconfortante verdad que es que nadie puede entrar dentro de nuestra (dura) cabeza y ver (las porquerías) que tenemos dentro.
Esto estaría perfectamente, si el hecho de pensar, en nuestra especie, bastara con razonar para nuestros adentros. Sin embaargo, estamos hechos para curiosear sobre lo que piensan los demás, enterarnos, indagar, chismear y opinar.
Durante mucho tiempo, el acto de comunicar en masa fué desequilibradamente en un sólo sentido, en el cual quien comunicaba casi no recibía una retroalimentación de las opiniones de los demás, esto tuvo como consecuencia que sólo pocas opiniones se oían y por ende, eran tomadas en cuenta. Aquél que tenía la palabra tenía (y tiene) poder sobre los demás.
Gracias al nacimiento del internet como una puerta de comunicación masiva, accesible para una población mayor, la balanza se ha empezado a equilibrar permitiendo a cualquier hijo de vecina (como yo) cerrar el círculo de la comunicación.
Por supuesto, esto ha sido más o menos general ya que esta población sigue concentrada en ciertos sectores sociales, y aún hay regiones enteras donde su uso es raro, sin embargo se ha convertido sin duda alguna en el medio de comunicación masiva más eficiente y equitativo que haya existido jamás.
La traba principal de esta democratización de la comunicación es, claro, el costo: el acceso a la tecnología está limitado por el poder adquisitivo de la persona en cuestión.
Primero: Tener o reantar una computadora
Segundo: Pagar por internet (mentras más pagues, más rápida es la conexión y mayor acceso)
Tercero: Tiempo para escribir
Sin embargo, en un acto irracional (que al parecer ha regido las decisiones sobre nuevos impuestos por L05 d3sgr4c1405 gobernantes están restringiendo derechos elementales de la dignidad humana: El derecho a pensar en público.
A esto me refiero con el impuesto al 3% sobre el internet, ya que existen muchas familias en las que a duras penas, con un procesador obsoleto pagan la conexión más económica para poder darles a sus hijos una herramienta con la cual aprenden y se comunican.
En esta etapa de crisis, ya es suficiente que nos jodan con los desempleos, los bajos salarios y el alza de precios, como para que ahora a los srs. "gobernantes" se les ocurra apretarnos más el cinturón con toda esa alza a los impuestos y la creación de nuevos que sólo joroba a los que menos tiene y amenaza con crear un nuevo estallido social.

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