...

¿Qué crees que soy? ¿Un remanso de emociones? ¿un héroe? ¿un guía? ¿cómo piensas que podría salvarte atrapada como estoy enmedio de la confusión y el delirio? ¿acaso crees que esta melancolía es una aureola que me ilumina?
Sí que estás loco. Crees saber lo que quieres en alguien que no sabe ni quien es. Haz roto el delicado equilibrio que me sostenía en este puto mundo sin ley ni justicia. Se ha quebrado la piedra que me conservaba en mi lugar. La columna que me mantenía en mi eje se ha desbaratado por completo y mi voz no ha tenido tiempo de gritar auxilio.
Dime, ¿porqué insistes en hundirte conmigo, si ni siquiera te había mirado? ¿que viste en mí? ¿qué no te doy miedo? Ni siquiera podrías salvarte a ti mismo y te arrojas imprudente a las pozas de mi infierno.
No quiero sufrir. No quiero herirte. Salva tu resplandor. Huye de mis penumbras. Ódiame acaso. Tengo miedo de tí, pero sobre todo, tengo miedo de mí.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Poesía Corpórea IV: Improvisando por la vida

El hombre: Amo y no esclavo de la Técnica

Ojalá nunca hubieras vuelto