Nota no.3

Dedicado a mi amigo Manuel Berzunza
Yo no pienso en los artistas como en "gente grande". No tiene nada que ver en la edad, simplemente considero que a alguien que pone los ojos en sus sueños le es imposible caer en ese estancamiento de aquéllos que creen que son demasiado grandes para cambiar, o los  que son capaces de señalar al mundo como una causa perdida, y deslindarse de él.
Creo que ser incapaz de buscarse a sí mismos en el mundo que nos rodea, quien no trata de ver los dolores de la Tierra, las tristezas de quienes los rodean, la esperanza de los que viven, quien no puede hacer esto, está peor que ciego. 
Mientras el mundo parece despedazarse, resulta ilógico que haya quien no se duela de él. Cierto, a veces el casi inamovible muro que anuncia nuestro oprobio parece caer sobre la humanidad, pero rendirse... debería ser imposible.
Cuando a este mundo ya no lo sostienen las ambiciones de los poderosos, falta sostenerlo con sueños, la única materia más ligera que el aire, y mas fuerte que la desesperación.
Falta gente que interprete el mundo y de esta forma lo fabrique, faltan voluntarios que entreguen un poquito de su desvelo a las cosas intrascendentes, que cierren los ojos y miren con el corazón. Faltan inteligentes que sacrifiquen eficiencia por disfrute, sabios que sepan arrebatarle al consumismo la verdadera naturaleza de las cosas.
Para estos gigantes envencibles, para estos dragones que son el egoísmo y la apatía faltan quijotes que derrumben la fortaleza terrible de la indolencia.
Faltan abanderados para encontrar las causas perdidas, para señalarlas y hacerlas patente.
Faltan muchas cosas, pero existen pioneros, los que pican piedra para los que se abren paso en el mundo, que se abren paso a sí mismos, que saben dar forma a las emociones y color al alma. Hay siempre un rayo de esperanza donde hay quien siga de pié...

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