Esto (¿no es?) un adios

Por razones escolares, debo partir una semana. Casi dos.
Amo los viajes porque en cada ocasión encuentro motivos para crecer y aprender, son luces que me orientan y me ayudan a poner mi vida en perspectiva. Durante estos años, he salido muchas veces, pero difícilmente resiento la falta de casa. Y hoy, para variar de esto, me siento nostálgica aún antes de partir.
No es que no me emocione el viaje. Todo lo contrario, es uno de los más esperados y emocionantes; sin embargo, hay una fibra de mí que ha echado raíz justo donde estoy, y que dolerá al arrancarse.
Vacilo ante la perspectiva de alejarme de tantas cosasa que amo, nunca había estimado lo mucho que me gusta estar con ellos, con ustedes, mi familia, mis amigos, mi amor. No quisiera pasar un segundo sin ustedes, aún cuando a veces yo misma soy la que necesita respirar en soledad.
Me retiro, puesto que los deberes y tareas hasta ahora atrasadas se me abalanzan mientras me tienen aquí, en la ciudad, pero no esesperan porque ya vovleré, y ellos estarán allí, sobre mí, tarde o temprano.
Espero que estar fuera me permira respirar...
Hasta pronto.

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