Sueño

Y no hay nada que me sostenga de aquí a mi cama. Caigo. Caigo de sueño pero también de hartazgo. Hartazgo de mí, de mi entorno, de esta existencia que ha perdido su eje y aún no se acostumbra del todo a que no está sola, que no se sabe comportar, que aprende las lecciones que debió tomar hace una eternidad y media...
Ruedo sin gobierno porque necesito redefinir mis prioridades pero más que nada aprender a no dejar ir las patas cuando te tengo junto a mí.
Ya estuvo bueno de egoísmos. ¿Quién lo dijera? El amor está loco, pero eso no implica que no se deba razonar, es como un rígido y extraño culto, sin sentido alguno, pero con una lógica retorcida que se vuelve indiscutible.
No me he ido, porque no me siento aquí, no me siento en mí, y este ambiente de duermevela me permite fluir entre mis ideas sin tantos topes, aunque mi cabeza de vueltas y mi cuerpo sea recorrido por esa insalubre sensación de pérdida de voluntad. Aunque mis dedos estén torpes y tenga que corregir mis palabras, aunque mi pensar ralentice y la música del reproductor ya no me despierte.
Me sorprende cuanto logro adivinar de tí, y que aún así sea incapaz de ser este monstruo arrasador que te hiere y termina herido... porque cambiar es duro, ¿será demasiado duro?
Yo te doy mi corazón, mi mente, mi ser entonces, aunque tal vez no todo te guste.
Faltan 4 días para algo que ya no se celebra... para un sueño del que voy despertando, rogando porque al abrir los ojos el mundo sea igual al que soñé. ¿Será así , amor mío?

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Poesía Corpórea IV: Improvisando por la vida

El hombre: Amo y no esclavo de la Técnica

Ojalá nunca hubieras vuelto